De acuerdo al
historiador Lorenzo Huertas en su libro Cronología de la Producción del Vino y
del Pisco Perú (1548- 2010), el oficio de la mojonería “cata de vino”, está
presente en el Perú desde el siglo XVI. En 1595, lo reglamenta el virrey Don
García Hurtado de Mendoza marques
lee: “La palabra mojón quiere decir catavinos. Viene de mojar”. Cesar Costa Aish, en “Bohemias Prohibidas Pisco, cultura y café”, lo describe así: “mojones o mojoneros pues mojaban sus labios del vino o aguardientes producidos.” (pág. 152).
Asimismo, revisando el libro de Huertas encontré las seis ordenanzas para el manejo de los catadores en 1603. Es necesario precisar que este oficio se creó con la intención de evitar los engaños o adulteraciones. Los mojoneros fueron los encargados del control de los negocios de bebidas alcohólicas, cada ciudad debía tener uno. Las ordenanzas indicaban que, para convertirse en catador, se debía ser una persona mayor, conocedor del vino, y tener la facultad de hacerlo con conocimiento de las autoridades. Aquel que juraba en el Cabildo, realizar su oficio fielmente, estaba prohibido de participar en el negocio del vino. Además, debía verificar que la bebida no estuviera adulterada, cobraba su trabajo por cada botija que degustaba y, para evitar el uso de copas del establecimiento, llevaba las suyas propias.
Es interesante lo que Huertas menciona sobre los mojoneros que llegaron de España. Estos conocedores del vino, procedían de diferentes regiones de aquel país, y desarrollaron su propia medida o pluralidad de criterios. Aquello constituyo la causa de problemas a la hora de evaluar.
Actualmente, aquello ocurre en los concursos de Pisco donde se reúnen catadores de varias regiones del Perú. Participan productores, sommeliers, ingenieros, enólogos, etc. Cada uno con sus propios criterios; aunque en este caso no habría inconveniente debido a que el reglamento de la Organización Internacional de la Viña y el Vino “OIV” es bastante claro.
Existe una mesa de 7 catadores, todos de diferentes regiones. La evaluación se da conforme a nuestra D.O. Pisco. Los criterios, conclusiones y puntajes por mayoría están detallados. Es imperativo actuar de manera estricta en las mesas de cata para no permitir ninguna opinión, ni gesto de los catadores antes de finalizar la evaluación y entrega de sus resultados. Cualquiera de ellos atenta contra la imparcialidad. En este punto, el coordinador de mesa cumple un rol fundamental como encargado de hacer cumplir con lo establecido en el reglamento de cata del concurso.
Por Livio Pastorino
Wagner
Presidente de
la Asociación Peruana de Catadores "ASPERCAT" Especialista y Catador
de Pisco, Sumiller y Docente.
liviopw@hotmail.com